El Astro Rey se esconde. ¿Es la hora de de dejarlo o de comenzar a pescar con señuelos artificiales?
Durante años, (no muchos, pues no muy ducho está, en eso de la pesca con señuelos artificiales, un servidor, el que se desmenuza la masa gris para exponer una líneas que tengan sentido en este mundo de incertidumbres que es la pesca). Muchos, hemos creído que cuando baja el sol, y la siempre impresionante «Catalina» sale a relucir, los predadores dejaban de cazar, y nada más lejos de la realidad, pues los peces depredadores, y especialmente algunas especies como el espetón y la lubina aumentan su actividad, y aprovechan la penumbra para alimentarse de algún desgraciado pececillo que entre en su territorio de caza.
Sobradamente comprobado está, que los peces no cazan orientándose solo con la vista, sino que se valen de otros medios de percepción, como es la línea lateral, que les ayuda a percibir las vibraciones en el medio acuático, incluso con el mar muy picado…
Método de percepción especialmente usado por la apreciada lubina, que es un pez capaz de percibir las vibraciones y localizar un pequeño senuelo con el agua turbia, por la noche con olas de 2 metros.
En la acción de pesca, no es del todo conveniente imprimir demasiada velocidad a las muestras que lancemos al agua, ya que los peces no disponen de la ventaja visual que les da la luz del sol, pero si que eligen lugares para cazar con iluminación artificial que se proyecte sobre la lamina de agua, farolas, paseos, focos, escolleras iluminadas, bocanas de los puertos, y si estos son puertos pesqueros, pues mejor, ya que el cebado que «tan amablemente» realizan los barcos profesionales en esas aguas atraen a más peces de lo que imaginamos…
Estos lugares son adecuados para pescar por la noche por varias razones;
La primera y más importante; Es por nuestra propia seguridad, ya que moverse por un resbaladizo pedrero, por muy bien que lo conozcamos, puede traernos graves caidas, y las piedras no están muy blanditas que digamos, (eso es algo, que desgraciadamente la mayoría de los pescadores conocemos, verdad?)
Otro motivo que justifica la elección de estos lugares es que haya luz que ilumine el agua, ya que esto atrae a los pequeños peces, y estos a su vez, a los depredadores.
Insisto; El encontrar lugares en los que tengamos luz proyectada en el agua es casi primordial en esta pesca, esta imagen muestra un claro ejemplo de lo que puede ser una zona adecuada para prospectar con nuestros señuelos:
Muchas veces, nos encontraremos densos bancos de pececillos en el lugar, y que los depredadores, hagan caso omiso a una muestra que imite al pez pasto que atacan, ya que se «pierde» entre tanta comida, una muy buena opción es ultilizar un señuelo que destaque entre el banco de pececillos o por color, o por tamaño, incluso ambas cosas.
No tengamos miedo a ultilizar colores fluor, como amarillos, naranjas, verdes, blancos, ni señuelos que vayan desde los 13 a los 17cm.
Nos centraremos en 2 pescas, la lubina y el espetón, (la barracuda mediterránea)
Comenzaremos hablando de la escurridiza lubina;
Las Labrax gusta de aguas algo más batidas que los espetones, siendo las 2 primeras horas de la noche, son las que mejores resultados nos han dado, con señuelos de pequeño tamaño, 9-11cm y sin rattling.
Me gusta el mar de fondo, que esté muy fuerte, y zonas con piedras tipo «bolo» (del tamaño de una pelota) con verdín en la orilla, que si está en descomposición, mejor que mejor.
Esas zonas son ricas en Salpa, (Salema) y con el mar de fondo, estas se resguardan entre las piedras de la orilla… Las lubinas lo saben y con la tranquilidad de la noche, vienen a buscarlas
La táctica a seguir es pescar todo lo alejado de la orilla que podamos, ya que las lubinas se meten a la mismísima zona que se queda en seco al bajar la ola, y es eso, los retrocesos de la ola, los que podemos aprovechar, dejando el señuelo parado al bajar la misma.
Esa corriente que coge al señuelo «de cara», lo hace trabajar estáticamente, y es en esos momentos en los que tenemos la picada.
Suelo pescar en estos escenarios por la noche con señuelos color fluo, naranjas amarillos… (con la mar «achocolatada»).
y que tengan movimientos amplios (el Jointed de 9cm de Rapala es mi fetiche).
Como contra, la ola deja el pez en seco inmediatamente, y las siguientes olas lo revuelcan, provocando un casi inevitable desanzuelo de la presa en el 80% de los casos, pero para mí es la táctica más efectiva para esos lubinotes resabiados
Cuando no se encuentran en la orilla los peces, pero tenemos mar de fondo, un señuelo ruidoso y que vibre mucho (Adoro el Chase Minow Amarillo de Maria en su tamaño más grande, y el Xrap de Rapala en el mismo color), aguantan esas olas del mar de fondo, y trabajan muy bien cuando lo paramos en esas «corrientes» de retorno de la ola.
El trabajar de esa manera un minow, es al principio algo engorroso, pero a la que adquirimos ese «tacto» para dejarlo trabajar estático, es un juego de habilidad al que a veces cuesta acostumbrarse, y que dependiendo de la fuerza de la resaca y el escenario, cada dia es distinto, pero nos damos cuenta, de que las lubinas en muchas ocasiones cazan con una técnica; Entran con cada ola a buscar el alimento.
De esa manera, encuentran nuestro señuelo allí, en el rebalaje, y obtenemos muchas picadas, en mi opinión, más que si con la muestra que trabajamos vamos «atravesando» todas las olas.
En la vertiente Cantábrica, ó la Atlántica no sé como funcionará, pero aquí en el Mare Nostrum, haces diabluras con un poco de dominio que se tenga, porque aunque entre las dos vertientes existan millas, en las técnicas de pesca, siempre existen vínculos.
El señuelo llega a tocar repetidas veces el fondo y golpea con las rocas del mismo. y para que te hagas una idea, las picadas suelen ser en la zona que la ola baña la orilla y queda en seco en su retroceso, en «el último metro».
Pesco en muy poca profundidad, me alejo de la orilla en la medida de lo posible, guardo silencio y me agacho porque cazan literalemente «a nuestros pies», parece una tontería, pero no encender una linterna, y el llevar ropa oscura ayuda, y mucho. Hay que tener en cuenta que el pez, a veces, está a menos de 3 metros de nuestra posición y podemos asustarlo con facilidad.
El no desplazarnos demasiado y si lo hacemos que sea andando alejado de la orilla es muy importante.
Tampoco es significativa le perdida de muestras haciendo esto, pero claro, debes elegir señuelos que profundicen poco, para que te hagas una idea, en unas 20 salidas a la lubina que hice el mes pasado, he perdido 3 señuelos. Tampoco creo que sea tan trágico, no?
La posición del puntero de la caña, en la altura a la que lo tengamos es también una gran ayuda, cuanto más bajo, mejor, pero sin tocar el fondo demasiado.
Al no ser recogidas continuas, también es más difícil enrocar.
En cuanto a fase lunar… Bufff de todo hay, no me obsesiono con ello, pero si condiciono los colores de las muestras, en las noches de mucha luz, me decanto por colores oscuros, y en la penumbra mas cerrada amarillos y blancos
Estas son generalmente las muestras de mis salidas lubinero-nocturnas:
Del mismo modo, cuando en la zona sabemos que hay lubinas, pero el agua está transparente y más quieta de lo que nos gustaría, los vinilos sin plomar son una muy buena opción para conseguir engañar un ejemplar.
En cuanto al equipo se refiere, una caña ligera y flexible nos ayudará en esta pesca en la que el 90% del tiempo gastaremos minows.
Una caña de entre 2.40-2.70, con un CW 15-40, acompañada de un carrete tipo «4000 de Shimano», es decir, un carrete que pese entre 320-400gr.
Este, a su vez, cargado con una línea trenzada de 15 a 20lbs, con un bajo de también 15-20lbs, (0.30 a 0.40mm)
Con la barracuda, sin embrago, nos decantaremos por zonas con algo de profundidad, y aguas más transparentes, las bocanas de los puertos son excelentes pesqueros, con estos voraces peces, y sobre efectivo, todo el trabajo minucioso con golpes de muñeca y lento que hagamos estará recompensado, ya que son depredadores muy oportunistas y no correrán como posesas detrás de los pececillos, son animales que atacan certeramente, pero cuando tienen claro su éxito.
La población de espetones en un puerto es vitalicia, en una parte,…
Cada puerto, dependiendo de la cantidad de comida que hay en el, (y en esto influye mucho la cantidad de barcos pesqueros que hayan en el) , y según la cantidad de comida hay más, o menos espetones…
Los que superpueblan un puerto, que es todo en pequeño ecosistema para ellas, simplemente salen fuera en busca de comida, se van, o vienen, acompañando las entradas y salidas de boquerón y demás carnada, entran bancos nuevos a los puertos.
Dependiendo del tamaño medio de los ejemplares, así son la mayoría, en cada lugar determinado, a los espetones de un par de kilitos, no les gusta estar cerca de los que tienen 5 ó 6, porque los matan, son peces que practican muchísimo el canibalismo, ya no por hambre, sino por eliminar competidores…
Digamos, que cada puerto, tiene una cabida de ejemplares, en numero y tamaño. y si en un puerto se pescan muchos, siguen entrando a el, y los recién entrados son más fáciles de capturar, ya que no son lo precavidos ni gandules a la hora de cazar, que los que habitan en el interior de la dársena durante un tiempo.
En los puertos donde habitan los grandes ejemplares, no son fáciles de capturar, hasta los 2 kilillos son bichos voraces e imprudentes, pero cuando tienen cierto tamaño, la cosa cambia…
Algunos de ellos llevan años allí y están curtidos en más de una batalla, al igual que las lubinas portuarias, sabéis la cantidad de lubinas de buen porte que habitan los puertos? Muchas más de las que parece , ahora que para engañar uno…
Los señuelos, como norma general, sustancialmente, más grandes que para la lubina, aquí los 15-18cm son casi obligatorios, para que no engullan la muestra y se la lleven, por nuestro bien, y evitar bajas en nuestra caja de muestras y el del pez, condenado a una muerte segura con un señuelo en sus entrañas.
Si los señuelos son de materiales rígidos, como el pvc, evitaremos que los destrocen con las prominentes mandíbulas que la evolución otorgó en su día a estos animales.
Y los colores de fantasía toman de nuevo la titularidad en la acción de pesca, pasándolos por los márgenes de luz-sombra que haya en el agua, lugar que aprovechan para cazar los distraídos peces que se pongan a su alcance.
Con estas últimas, el material que necesitamos es algo más potente, ya que clavar en firme, en esas duras bocas requiere cachetes decididos y sin miedo.
Dada esta circunstancia una caña 20-50 es más adecuada, y aunque valiéndonos perfectamente el mismo carrete antes mencionado., conviene pescar con una línea de no menos de 20lbs de resistencia, unida a un bajo de al menos 30lbs, (0.50 aproximadamente).
Pero, no acaba aquí, el abanico de especies factibles a ser capturadas en la oscuridad, como las anjovas, rascacios y ocasionales sargos, eso si de buen tamaño estos últimos.
Tengamos presente siempre, como antes se ha mencionado, la seguridad, y disfrutemos de esas 2 horas muertas que algunas veces disponemos después del trabajo, y que no tenemos porque perderlas frente a «la caja tonta».
Buena pesca, y respetemos a los animales que sufren para nuestro disfrute, no sobrepasando los cupos establecidos y devolviendo al agua los ejemplares pequeños, ovados, y que no vayamos a consumir.
Saludos, y que disfruteis de esta carismática pesca.
Neno.